La niña de Orión

Descripción

Toda obra artística, tal vez con mayor claridad y énfasis la literaria, es en cierto sentido recóndito, una autobiografía velada o directamente expuesta. Es una presentación, o un fragmento de la vida del autor que respalda y habita la manifestación de las emociones, las sensaciones, el sentir. La pulpa de “su decir” queda, porque así es el arte, bajo la textura y contextura de los signos, la significación y la decisión técnica en la conducción de la materia que da cuerpo a la obra

La niña de Orión de Andrea Montiel es un largo poema dividido en diez «»instantes”, diez atemporalidades en la sustancia y la forma que recuerda al romance y donde narra, en tercera persona, la memoria súbita de las experiencias de una vida en que la conciencia y la ensoñación han ido juntas, se han nutrido y han emanado a plenitud de lo inexplicable.

En este misterioso, intenso y diáfano poemario, el tiempo se afirma como un escenario que no “pasa” sino que contiene el estatus intimo donde todo se manifiesta con el allure de un siempre haber sido. El discurso poético, que va desde su plano Intimo, fisurado y doloroso, hasta un cuestionamiento del mundo actual, a veces es conducido por la escritora con el talante fresco del habla, directo, sin apoyo en versificaciones engoladas: «»Porque el corazón se le rompió desde niña /y roto transcurrió sembrando añicos en el aire”.

Van y vienen espacios remembranza. Todo surge de una visión totalizante en verso, certero recurso. Sabe de las presencias imanes/y los ojos rayo reventando en sus pupilas»». Y a la noche tanta/tinta y sangre adentro de su sangre. Todo habito en la imaginación de sus arterias/en el cauce rojizo de sus pensamientos

«»Errante y desgastado corazón entre las grietas de la noche, Lagrima de mar que a fuerza de soledad espera/que las estrellas lo aconsejen