Flor ósea

Descripción

La lucha de los extremos es el encuentro de los contrarios, su ayuntamiento y a la vez su disolución, pero en esa trama de sentidos, la vida y la conciencia adquieren voz ante la ausencia, ante las oquedades sensitivas, frente a un narcisismo que impone el olvido de los orígenes y de la noción de caducidad de las cosas y del hombre.

Andrea Montiel labora en el telar de la existencia para ver su propia huella en la marcha de los días y de la civilización, empeñada en borrar no sólo su pasado, sino sobre todo el porvenir. Un fantasma de escepticismo recorre este breve poemario que intenta escapar de su propia oscuridad. La autora esgrime la poesía, el arte, la palabra como llaves que pueden franquear el camino a la esperanza, para perderle miedo a la vida y reconocer que somos tiempo, espera lúcida del olvido.

Poesía reflexiva sobre el viaje de los mortales, sobre la extranjeridad pasajera del cuerpo atado a sus deseos, a sus sueños: “Escritas en mis libros / están mis cenizas / heridas y tajos / pozos de sinsabor / y de lujuria.” Testimonio de vida que se planta ante el vendaval de la muerte, en el confinamiento del miedo y el reconocimiento del tiempo perdido. Entre la pesadumbre, Andrea eleva su plegaria: “Que de la niebla nazca el deseo / de vivir un amor / más profundo que los sueños”. He aquí versos que van in crescendo conforme avanzan su claridad y sus sentidos en la compleja simplicidad de la muerte, en su paradójica vitalidad.

José Ángel Leyva

Flor ósea, poemas que son espejos en los que quizá nunca nos reconoceremos pero en los que todos confluimos.