28 marzo 2024

T R A J Í N

El crac electoral que viene

 El crac electoral que viene

¿Qué está haciendo crac? El esquema bipartidista que durante tres décadas permitió que PRI y PAN se alternaran la mayoría de los ayuntamientos y gubernaturas en juego.

El próximo domingo 5 de junio se elegirán seis gubernaturas y, si las proyecciones demoscópicas no fallan, se escuchará un crujido o crac en el mapa político del país.

Ese día, MORENA podría convertirse en el nuevo partido mayoritario a nivel nacional, al ganar cuatro o cinco de las seis gubernaturas en disputa que, sumadas a las otras 16 que actualmente encabeza, lo volverían el instituto político con dos terceras partes de los ejecutivos estatales en su poder (20 o 21 de las 32 entidades federativas).

A lo anterior, se suma que ya es mayoría en 18 congresos locales, mientras que en las elecciones municipales del año pasado fue el partido que más ayuntamientos ganó en solitario (246), seguido por el PRI (218) y el PAN (185).

Hoy, en los 100 municipios más poblados del país, donde se asientan 68 millones de mexicanas y mexicanos, es decir, la mitad de la población nacional, MORENA y sus aliados gobiernan más de la tercera parte.

¿Qué está haciendo crac? El esquema bipartidista que durante tres décadas permitió que PRI y PAN se alternaran la mayoría de los ayuntamientos y gubernaturas en juego (incluidos dos relevos presidenciales), dando lugar a una democracia electoral en la que había cambio de siglas, pero no de proyectos económicos y sociales.

¿Qué se está configurando? A nivel local, la emergencia de un sistema de partido mayoritario, con MORENA como factor central, que convive a nivel federal con un sistema de pesos y contrapesos institucionales, en el que destacan ambas cámaras legislativas, el Poder Judicial y los órganos constitucionales autónomos (OCA).

No es la restauración o el regreso de lo que Giovanni Sartori denominó “sistema de partido hegemónico” o “dominante”, con el PRI al centro, sino un sistema mixto de distribución del poder político, con una recomposición territorial por un lado (el desplazamiento del PRI y el PAN por MORENA, en los gobiernos locales), y la consolidación de un andamiaje institucional de contrapesos federales, por el otro.

¿Qué posibilidades hay de que esta transición termine en una restauración del sistema de partido hegemónico? Es decir, que MORENA sea un nuevo PRI, como afirman algunos. Creo que el regreso inercial, mecánico o automático del anterior sistema de partido dominante no es posible. Ningún pueblo se baña dos veces en el mismo río (Heráclito).

Considero más probable que se esté contituyendo un nuevo bipartidismo izquierda-derecha, más nítido, ideológico y programático que el bipartidismo deslactosado, light o descafeinado PRI-PAN, que operó durante el período neoliberal. En este sentido, la elección presidencial del 2024, concurrente con elecciones federales y locales, será determinante.

Por lo pronto, hay que destacar la rápida consolidación o implante territorial de MORENA en todo el país. Nacido formalmente en 2014, en sólo cuatro años alcanzó la Presidencia de la República; en ocho, ya es fuerza estatal y municipal, y en 10, podría estar refrendando la titularidad del Ejecutivo federal.

Ningún partido en la historia reciente del país ha logrado esta consolidación. Mucho tiene que ver con que MORENA no es propiamente un partido, sino un movimiento de causas sociales y económicas, pero eso ya es tema de otro espacio.

ricardomonreala@yahoo.com.mx

Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA